MET gala, Haute y otras Hierbas
El último trimestre estuvo marcado por el retorno a la presencialidad de los encuentros de moda más importantes del mundo.
Después de dos años de pandemia, las apuestas creativas e innovaciones textiles que propuso la alta costura relevaron las siluetas, los pantalones ultra elegantes, las intervenciones en pedrerías, las plumas y transparencias. Aunque todo comenzó con la Met Gala en mayo, alfombra roja que nos regaló un adelanto de lo que veríamos dos meses después en las pasarelas 2022/ 2023.
Comencemos por la Met Gala 2022, algo así como los Oscar de la moda, una sinopsis perfecta de lo que veríamos pronto en las pasarelas de París y Milán.
La alfombra roja más famosa del mundo, realizada en mayo, centró su temática en An Anthology of Fashion, una continuación del In America of Fashion del año pasado. El código de vestimenta: “gilded glamour and white-tie’. Es decir, la llamada Edad Dorada de Estados Unidos, entre los años 1870 a 1890. Tiempos lujosos de la moda estadounidense en las últimas décadas del siglo XIX, un período en que los magnates inmobiliarios vieron sus fortunas crecer a niveles asombrosos gracias a la rápida expansión de los trenes, las fábricas y los centros urbanos.
Para los críticos de moda, algunas de las celebridades que cumplieron a cabalidad con la temática fueron Blake Lively con un vestido transformable de Versace, Billie Eilish con un diseño de Gucci y la mexicana Eiza González con un vestido de Michael Kors. Este último fue adaptado por artesanas que tardaron más de 4 mil horas en bordarlo a mano, usando cerca de 28 mil cristales y 130 metros de plumas de avestruz.
Otro diseño que destacó por el uso de plumas fue el de Hailey Bieber, quien llegó en un Saint Laurent de satín blanco contenido en delicadas plumas tan características de la época dorada. Para qué hablar del tocado del gran Philip Treacy que llevó Sarah Jessica Parker.
Y si de excentricidad máxima se trata, el maxiabrigo Versace de Gigi Hadid en perfecta armonía con unos pantalones de vinilo ultra ajustados, fue el look que puso la nota futurista a la alfombra roja.
Para otros, los vestidos elegidos en esta versión se inspiraron más que nunca en la arquitectura, demostrando así que la moda y la época dorada de Hollywood es una virtuosa combinación.
Recién mencionamos a Blake Lively y su Versace que emulaba varios detalles de la arquitectura neoyorkina. El vestido tenía un tono cobrizo oro y constelaciones, recordando la belleza de Nueva York. El tocado, nada menos que un homenaje a la Estatua de la Libertad.
Alicia Keys, que precisamente tiene una canción en honor a NY, vistió nada menos que el Empire State gracias a un diseño de Ralph Lauren. Impactante su capa negra con pedrería emulando al ícono arquitectónico de Nueva York. El peinado evocó lo metálico, tan característico del Art Déco de la época.
Por su parte, la actriz noruega Renate Reinsve vistió un diseño de Nicolas Ghesquière, quien creó una colección para Louis Vuitton Resort 2020 inspirada también en el Art Déco neoyorkino. Su top con aplicaciones metálicas nos hizo viajar a la era de estructuras opulentas que dominaban la arquitectura de la ciudad. Gemma Chan lució una capa notable, también de Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton.
Muchas de las propuestas de la alfombra roja más famosa del mundo fue el perfecto adelanto de lo que lacábamos de observar en las pasarelas de alta costura 2022/2023.
Desde su creación en París a finales del siglo XIX, la historia de la Semana de Alta Costura habla de cómo la moda trasciende a través del oficio de la costura.
Nuestro recorrido comienza en un centro ecuestre de Bois de Boulogne, donde la casa francesa Chanel presentó su colección que nace del recuerdo vivo de la silueta plateada de la gran Coco Chanel de los años ‘30. Hombros bien marcados en trajes formales, faldas de todos los largos y vestidos midi en original armonía con botas ecuestres reinterpretadas en un tono más cowboy.
Por su parte, Dior rindió un homenaje a la artesanía con vestidos bohemios y vaporosos, chaquetas y faldas en diversas versiones y pantalones anchos. Un desfile en el Musée Rodin, inspirado en el Árbol de la Vida y bordados creados en colaboración con la artista ucraniana Olesia Trofymenko.
El impacto que causó la firma italiana Schiaparelli y su colección inspirada en “las cosas bellas” fue gracias al uso sublime de terciopelos y joyería surrealista que enalteció con delicadeza las formas del cuerpo humano.
Una de las creaciones más esperadas era la de Balenciaga, que de la mano de Demna Gvasalia presentó su segunda colección de Alta Costura, personificada en gloriosos vestidos nada menos que con Kim Kardashian, Nicole Kidman y Dua Lipa.
En la pasarela de Armani Privé predominaron los vestidos con brillo inspirados en los locos años ‘20, una propuesta llena de optimismo en respuesta a los inciertos tiempos que estamos transitando. Por su parte, el desfile de Fendi estuvo marcado por vestidos transparentes iluminados con pedrerías, un trabajo artesanal de los diseños hechos con telas tradicionales de Kata Yuzen en Kyoto.
La colección de Valentino Haute Couture Otoño-Invierno presentada en la Plaza de España en Roma, evocó la ‘resignificación’ y ‘el comienzo’, una reflexión de la esencia de la firma que se manifestó en delicados vestidos de gasas con bordados y plumas.
¿Qué tendencias unieron a las grandes firmas? La primera de ellas fue la versión extra elegante de los pantalones. Satinados, en tono sastre y muy holgados, que se usan con sobrepuestos de diferentes siluetas y texturas. Armani Privé los propuso con toreros calados, Balenciaga en versión sastre y Fendi, Valentino y Giambattista Valli los impuso XL.
La segunda tendencia de la temporada son las cinturas bien marcadas con vestidos ceñidos, una reminiscencia de los diseños encorsetados. En tercer lugar, las plumas, que envuelven vestidos en múltiples colores como en los diseños de Valentino, Giambattista Valli y Jean Paul Gaultier. Telas ligeras y transparentes también se imponen, una búsqueda de libertad y expresión en vestidos y blusas.
Pero si hablamos de telas, el terciopelo es el protagonista. Chanel, Dior y Schiaparelli se visten de velvet. Lo secundan las telas metálicas, especialmente para la noche, como el drapeado de Balenciaga que lució Nicole Kidman o la versión de Chanel en un conjunto más clásico de lentejuelas.
¿Los colores sorpresa?
El rosa, el rojo y el amarillo. Tonos llenos de vitalidad para levantar la esperanza y el optimismo en un escenario complejo tras dos años de pandemia y profundas crisis
No en vano, el Pantone 2023 está formado por los «los azules «digitales» y el color «lavanda», que representan estabilidad, serenidad digital y escapismo que buscan potenciar el bienestar en tiempos difíciles.