Isabel Margarita Vial
La moda, el oficio y su poder transformador.
Esta columna habla de un trabajo artesanal, minuciosa dedicación, obsesión por el detalle, resignificación de materiales nobles, innovación en técnicas de tejido, una mente ingeniosa que se sacudió las reglas y las manos creativas de muchas mujeres que convocadas al son del arte de la cestería, terminan en diseños de lujo, únicos e irrepetibles, de una estética sublime.
Cuando comencé tan solo a los 24 años dirigiendo en Chile la revista francesa ELLE, descubrí el valor del oficio de la costura, del diseño, del enorme patrimonio sociocultural que hay en la historia de la moda y su legado. Una travesía que no paró más hasta hoy. Por eso, cuando llegan a mis manos diseños que logran conmoverme, me detengo, y escudriño en su historia. Eso me sucedió con los capazos de Isabel Margarita Vial, que hoy cumple su primer año de vida y me impulsa a compartir esta experiencia. Un arte que enaltece la tradición de la cestería con el diseño de lujo, en el que cada pieza nos lleva a una montaña rusa de emociones, recuerdos y sentimientos.
Un año y ya tiene siete colecciones. La diseñadora comprende el valor del oficio de las tejedoras del crin, del trenzado de la paja de trigo, de la mágica arquitectura del mimbre. Desde esos oficios ancestrales logra una propuesta bella, que visibiliza la riqueza del patrimonio cultural de Chile como una sagrada joya, diseñando composiciones que ha ido madurando en cada una de sus líneas.
Llama la atención cómo su proceso creativo nace desde la materialidad y las técnicas tradicionales, de la incesante exploración con las fibras naturales y también del talento de cada una de las 25 artesanas que trabajan con ella a lo largo de Chile. Y ahí ella, eleva estas piezas con su propia memoria y creatividad a categoría de arte-moda. Porque sus diseños nacen del corazón y sus entrañas, de su historia y experiencias, de su amor incansable por la naturaleza y de una pasión desbordante por la estética. Un arte de mujeres, para mujeres.
Recuerdo cuando en una de esas largas jornadas fotografiando sus capazos, me contaba a propósito de una de sus colecciones llamada “Joyas del Crin”, que realizó colaborativamente con artesanas de la localidad de Rari, declaradas Tesoros Humanos Vivos por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y UNESCO: “Ellas son el testimonio de saberes y tradiciones que mantienen vigente nuestro patrimonio e identidad. Sus dedos mágicos van entramando las fibras del crin. Trabajar con ellas significa para mi como diseñadora poner en valor su arte. Hemos construido una colaboración profunda y desafiante con estas cultoras de un oficio ancestral que tiene más de 200 años. Es la unión del patrimonio cultural de Chile y mi propia memoria como diseñadora”.
Fibras naturales, piedras, cuencas, borlas, cintas, caritas que representan a un personaje, circones, bordados, todo a mano, un infinito de materiales dan vida a la obra de la artista, formando una escena teatral, a veces romántica y delicada, otras abrupta, sexy y fuerte. Es un himno al poder transformador de la moda, porque en su trabajo se observa una evolución constante, que la obliga a deconstruir y soltar ataduras, para poder construir en el ejercicio de la libertad. El resultado, piezas únicas, que me recuerdan a la llamada Alta Costura Esencial de Dior que acabamos de ver en Europa, en la que rinde homenaje a los gestos de la artesanía como símbolo de unidad. Eso es un capazo. Artesanía y diseño que guardan relatos inspiradores. Isabel Margarita instintivamente construye una asociación creativa, un puente entre la tradición y las nuevas propuestas, estableciendo una relación que protege y visibiliza un legado cultural de valor incalculable.
Vivimos un momento en el que se hace necesario y urgente volver al origen, a la esencia del sentimiento artesano, con perspectiva de diseño. En su cruzada por devolverle al lujo su verdadero sentido, la diseñadora se empeña como nunca en recuperar la tradición de lo hecho a mano y nos trae el lujo de regreso a la moda. Es la circularidad de la moda, donde hay una evidente y estrecha relación entre las artesanas y ella. «La generosidad de cada artesana es algo que me llena y de lo que aprendo mucho, disfruto escuchar sus historias que han ido recibiendo de generación en generación. Ha sido un año de romper las pautas tradicionales e incursionar en la imaginación, en mi historia, en mis deseos y pasiones. Se ha convertido en lo más sagrado. Porque además hemos construido una relación profunda y de amistad con las artesanas, nos potenciamos y desafiamos. Una evolución que se transforma en pura gratitud y con la que me siento bendecida. Sacamos lo mejor de cada una. A cada minuto se me ocurre algo nuevo, mi mente no para, les voy entregando mis bocetos desafiándonos mutuamente en un trabajo colaborativo mágico”.
La resignificación de nuevos modelos de trabajo en la moda, colaborativos y sostenibles, es un arte, que contribuye a un impacto positivo en el medio ambiente y social.
Isabel Margarita Vial es un claro exponente del nuevo lujo con sus capazos: legado y tradición, que explora métodos ancestrales con diseño contemporáneo.